El 13 y 14 de febrero, 146 gobiernos abordan en México cuál tiene que ser el futuro de este armamento.
Nayarit, México. Hoy y mañana, representantes de 146 países, expertos de organizaciones internacionales, investigadores y miembros de la sociedad civil, convocados por el gobierno mexicano, analizan el impacto humanitario de las armas nucleares y sus efectos irreversibles. También tienen encima de la mesa el reto de establecer las bases de un nuevo tratado para prohibir estas armas e implicar al máximo número posible de países en este objetivo.
Muchas de las organizaciones miembros de la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN) de todo el mundo asisten a la reunión y trabajan para convencer a los representantes de los gobiernos de la necesidad de poner fin a una amenaza real, peligrosa y totalmente innecesaria.
Esta conferencia toma el relevo de la que se celebró en Oslo en marzo del año pasado donde se concluyó que “ningún plan de respuesta humanitaria podría hacer frente de forma adecuada a una detonación nuclear”. Ante este argumento, muchos estados reconocieron su parte de responsabilidad a la hora de prevenir cualquier uso accidental o intencionado de estas armas, y se acordó celebrar la reunión de México como continuidad del proceso.
Las organizaciones miembro de ICAN, entre las cuales estamos FundiPau, queremos eliminar la creencia de que las armas nucleares son garantes de la seguridad nacional, símbolos de poder y prestigio internacionales o armas con capacidad disuasoria. Ahora, muchos gobiernos empiezan a reconocerlas como lo que son: instrumentos de irreversible destrucción humana y ambiental que es necesario erradicar.
La conferencia de México es un paso importante para avanzar en este sentido.