La Fundació per la Pau quiere expresar su satisfacción por el anuncio de la Ministra de Defensa, Carme Chacón, en relación a que el gobierno aprobará inminentemente una moratoria unilateral sobre el uso, producción, almacenamiento, compra y transferencia de las bombas racimo.
El pasado mas de mayo en Dublín, 111 gobiernos de todo el mundo adoptaron un Tratado Mundial de prohibición de las bombas racimo. El acuerdo prohíbe estas armas y hace ilegal, a partir de su entrada en vigor, su fabricación, uso, posesión o venta, por el daño inaceptable que causan en la población civil. El Tratado se abrirá a la firma de los estados este Diciembre en Oslo y hará falta que 30 estados lo ratifiquen para que pueda entrar en vigor.
La Fundació per la Pau, que estuvo activamente presente a la Conferencia de Dublín, reclamó al gobierno español una postura favorable al acuerdo y, una vez aprobado, que además de firmar el acuerdo en Oslo y ser uno de los primeros Estados en ratificarlo, aprobara una moratoria unilateral asumiendo el contenido del acuerdo (prohibición y destrucción de arsenales). Celebramos que, pese a las vacilaciones vividas en Dublín, el gobierno español tome esta decisión. Hay que recordar que Alemania y el Reino Unido anunciaron en Dublín la asunción de medidas unilaterales. Sin duda, estas decisiones contribuyen a fortalecer el acuerdo y a estigmatizar estas bombas.
En España se fabrican dos bombas (la BME-330 de Exapl y la MAT-120 de Instalaza) que quedarán prohibidas y ahora, también, el ejército debe empezar a deshacerse de sus arsenales. La moratoria debe imposibilitar el uso, desarrollo, producción, adquisición, almacenamiento conservación y transferencias de las municiones de dispersión.
La sociedad civil que ha trabajado intensamente por llegar hasta este consenso valoró este Tratado como un paso histórico en materia de desarme. Y, lo más importante: servirá para terminar con el sufrimiento que durante 40 años han causado este tipo de armas. Recordemos que las bombas racimo son como unos contenedores que una vez lanzados desde tierra, mar o aire, se abran y en su trayectoria dejan caer varias cargas explosivas que se diseminan por una amplia zona de hasta unos kilometros cuadrados. Obviamente, estas bombas actúan de forma indiscriminada, sin distinguir entre civiles y militares. De hecho, el 98% de las víctimas causadas por estos explosivos son civiles.
Esperamos pues que, en sintonía con este anuncio, el gobierno español tras firmar el Tratado en Oslo, lo ratifique por el procedimiento de urgencia y esté entre los 30 primeros Estados.
Contacte per a mitjans de comunicació:
Fundació per la Pau
Lourdes Vergés, tel. 93 302 51 29
lverges@fundacioperlapau.org
www.fundacioperlapau.org