(Estocolmo el 3 de junio de 2013). El Instituto de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI) lanza hoy los resultados del SIPRI Yearbook 2013, que evalúa el estado actual de la seguridad internacional, armamentos y desarme. Las principales conclusiones son: (a) China fue el único de los cinco Estados poseedores de armas nucleares legalmente reconocidos que amplió su arsenal nuclear en 2012, (b) El número de efectivos desplegados en operaciones de paz en todo el mundo está cayendo rápidamente, debido a la retirada de Afganistán, (c) El avance hacia una prohibición mundial de las bombas de racimo se estancó en 2012.
Fuerzas nucleares mundiales: continúa su reducción y modernización
Al inicio de 2013, ocho estados –Estados Unidos, Rusia, el Reino Unido, Francia, China, India, Pakistán e Israel– poseían aproximadamente 4.400 armas nucleares operativas. Casi 2.000 de ellas se mantienen en un estado de alerta máxima operativa. Si se cuentan todas las cabezas nucleares, en conjunto estos estados poseen un total aproximado de 17.265 armas nucleares (véase el cuadro), en comparación con las 19. 000 de principios de 2012.
La disminución se debe principalmente a que Rusia y los Estados Unidos han reducido aún más sus inventarios de armas nucleares estratégicas en los términos del Tratado de Medidas para la Reducción y Limitación de las Armas Estratégicas Ofensivas (Nuevo START), así como a la retirada de armas antiguas y obsoletas.
Asimismo, los cinco estados nucleares reconocidos legalmente –China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos– o bien están desplegando nuevos sistemas de lanzamiento de armas nucleares o han anunciado programas para hacerlo, y parecen decididos a mantener sus arsenales nucleares indefinidamente. De los cinco, sólo China parece estar expandiendo su arsenal nuclear. India y Pakistán están a la vez ampliando sus arsenales de armas nucleares y la capacidad de lanzamiento de misiles.
“Una vez más, hay pocos indicadores esperanzadores de que los estados nucleares estén realmente dispuestos a renunciar a sus arsenales. Los programas de modernización a largo plazo que llevan a cabo estos estados demuestran que las armas nucleares siguen siendo un indicador de estatus y de poder internacional”, afirma Shannon Kile, investigador sénior de SIPRI.
Fuerzas nucleares mundiales, 2013
País |
Cabezas nucleares desplegadas* |
Otras cabezas nucleares |
Total 2013 |
Total 2012 |
USA |
2150 |
5550 |
7700 |
8000 |
Rusia |
1800 |
6700 |
8500 |
10 000 |
Reino Unido |
160 |
65 |
225 |
225 |
Francia |
290 |
10 |
300 |
300 |
China |
|
250 |
250 |
240 |
India |
|
90-110 |
90-110 |
80-100 |
Pakistán |
|
100-120 |
100-120 |
90-110 |
Israel |
|
80 |
80 |
80 |
Total |
4400 |
12 865 |
17 265 |
19 000 |
Fuente: SIPRI Yearbook 2013 * “Desplegadas” significa cabezas nucleares situadas en misiles o en bases con fuerzas operacionales. |
La cifra de fuerzas de paz cae bruscamente – La crisis de Siria evidencia la brecha entre los principios y la acción
El número de fuerzas de paz desplegadas en todo el mundo se redujo en más del 10 por ciento en 2012, debido al inicio de la retirada de las fuerzas internacionales de Afganistán. Aún así, el número total de personal, 233.642 efectivos, fue más del doble del número desplegado en 2003. Este personal fue desplegado en 53 operaciones en todo el mundo, una más que en 2012.
“Sin duda vamos a ver cómo el número total fuerzas de paz sigue cayendo este año y probablemente el año que viene, como consecuencia de la reducción de la OTAN en Afganistán”, afirma el doctor Jair van der Lijn, investigador sénior que dirige el trabajo de SIPRI sobre las operaciones de paz, consolidación de la paz y gestión de conflictos. “Hasta dónde van a caer y cuál va a ser el panorama futuro de las operaciones de paz va a depender de la cantidad de tropas que eventualmente se desplieguen en Malí, la región más amplia del Sahel y, potencialmente, en Siria, así como de la voluntad de los estados de tomar medidas para mejorar la protección de la población civil a través de las operaciones de paz y poner en práctica la responsabilidad de proteger en lugar de lamentarse por los fracasos. Las medidas de austeridad también jugarán un papel importante, pero, paradójicamente, la austeridad bien podría alentar a los Estados a enviar más tropas a otras misiones de paz con el fin de evitar la presión interna para reducir sus fuerzas armadas”.
Las Naciones Unidas parecieron paralizadas en la crisis de Siria. El nuevo principio de responsabilidad internacional de proteger a la población si el gobierno nacional no lo hace –la base de la intervención de 2011 en Libia– no fue tenido en cuenta en este caso ya que China y Rusia amenazaron con vetar cualquier acción a través de la ONU, y otros miembros del Consejo de Seguridad se opusieron a una “interferencia” de fuera en los asuntos internos de Siria.
“La falta de acción en Siria en el año 2012 puso de relieve la debilidad del compromiso internacional con la responsabilidad de proteger. Al final, los intereses nacionales y los temores profundamente arraigados de que la responsabilidad de proteger socave el principio de la soberanía del Estado, parecen pesar más que la difícil situación de las poblaciones atrapadas en el conflicto”, añade van der Lijn.
Los esfuerzos para controlar las bombas de racimo no avanzaron en 2012
2012 fue un año decepcionante en lo referente a los intentos de mejorar los controles internacionales sobre el uso, producción, comercialización y almacenamiento de bombas de racimo, ya que los partidarios de la Convención de 2008 sobre este armamento fueron incapaces de persuadir a nuevos estados para que firmasen la convención. Los principales productores de bombas de racimo que no han firmado o ratificado la Convención son Brasil, China, Corea del Sur, Egipto, Estados Unidos, India, Israel y Rusia. Varios de estos estados han usado en el pasado bombas de racimo. Estas bombas dispersan múltiples pequeñas municiones, algunas de las cuales pueden explotar meses o años después de su lanzamiento causando víctimas civiles.
“Mientras los grandes productores queden fuera de la Convención sobre Bombas de Racimo, pueden argumentar que estas municiones siguen siendo un medio “legítimo” para la guerra y como producto industrial-militar, incluso si la mayoría de países ha reconocido su impacto humanitario potencialmente grave”, añade la investigadora de SIRPI Lina Grip, coautora de una nueva sección del Anuario referida al control humanitario de armas.