FundiPau reclama al gobierno español que se sume al Tratado
El 24 de octubre de 2020 el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares de las Naciones Unidas ha conseguido la ratificación de los 50 países necesarios para que pueda entrar en vigor. Honduras, Jamaica y Nauru han sido los tres últimos países en hacerlo. De aquí a 90 días, el 22 de enero, el Tratado entrará en vigor consolidando la prohibición de las armas nucleares 75 años después de que se utilizaran por primera vez.
Este es un hito histórico. Antes de la aprobación del TPAN, las armas nucleares eran las únicas armas de destrucción masiva que no estaban prohibidas por una ley internacional, a pesar de sus consecuencias humanitarias catastróficas. Ahora, con la entrada en vigor del tratado, estarán prohibidas igual que las armas químicas y las biológicas.
El presidente de FundiPau, Antoni Soler, ha celebrado este momento histórico. “Este es un nuevo capítulo del desarme nuclear. Décadas de activismo han conseguido lo que muchos decían que sería imposible: las armas nucleares están prohibidas.”
Setsuko Thurlow, superviviente de la bomba de Hiroshima, ha afirmado: “He dedicado mi vida a la abolición de las armas nucleares. No tengo más que gratitud para todas las personas que han trabajado por el éxito del tratado.” Como activista icónica de ICAN que ha dedicado décadas a compartir la historia de los horrores que vivió para sensibilizar sobre las consecuencias humanitarias de las armas nucleares, este momento es especialmente significativo: “Es la primera vez que los hibakusha somos tan reconocidos en una ley internacional. Compartimos este reconocimiento con los otros supervivientes de todo el mundo, los que han sufrido daños por la radioactividad de las pruebas nucleares, por las minas de uranio, por las experimentaciones secretas.”
Intentos desesperados de frenar el Tratado
Los 50 estados que han ratificado el tratado han mostrado un liderazgo real para conseguir un mundo libre de armas nucleares, ante unos niveles de presión sin precedentes por parte de los países con armas nucleares para que no lo hicieran. Una carta, obtenida por la agencia de noticias AP unos días antes de la ceremonia del 24 de octubre, demuestra que la administración Trump ha presionado directamente los países que han ratificado el tratado para que se retiraran y no animaran otros países a ratificarlo, contradiciendo sus obligaciones como miembros del tratado. Para Beatrice Fihn, directora de ICAN, “El liderazgo real lo han mostrado los países que se han sumado a este instrumento histórico. Los intentos desesperados de debilitar el compromiso de estos líderes con el desarme nuclear solo demuestran el temor de los estados nucleares al cambio que comportará este tratado.”
En todo caso, “estas presiones demuestran con claridad la importancia que el Tratado exista y pueda entrar en vigor. Si a las potencias nucleares les pareciera irrelevante habrían ignorado un proceso impulsado por la sociedad civil”, afirma Jordi Armadans, director de FundiPau.
Esto solo es el comienzo. Una vez el tratado entre en vigor, todos los países miembros tendrán que implementar las obligaciones positivas que implica y seguir sus prohibiciones. Los estados que no se han sumado al Tratado también sentirán su presión.
El gobierno español tiene que dar el paso
FundiPau reclama formalmente en el gobierno español que se sume al Tratado. Proteger la vida de las personas y la supervivencia de las comunidades es la primera y máxima responsabilidad de los gobiernos. La amenaza nuclear existe. Tal como ha reclamado el secretario general de las Naciones Unidas, apoyar al Tratado de Prohibición de las Armas Nucleares es un paso imprescindible para preservar la paz mundial.
El 2017, a instancias de FundiPau el Parlamento de Cataluña y el Congreso de los diputados aprobaron proposiciones no de ley donde se pedía al gobierno del Estado implicarse en el desarme nuclear apoyando al nacimiento del Tratado.
“Ahora que el Tratado ya es una realidad, y que en breve entrará en vigor, es el momento. Es el momento que el gobierno del Estado se sume con contundencia y claridad.” concluye Jordi Armadans, director de FundiPau.
